En el transcurso del presente Curso, hemos llevado a cabo diversas Conferencias, con temáticas dentro de unas peticiones que realizan los propios internos en Centros Penitenciarios y Educadores.
Para ello, hemos recurrido a nuestros contactos para llevar a verdaderas figuras en sus respectivos campos, y así tanto El Quijote como la Semana Santa, han sido impartidas por profesores titulares de las distintas Facultades de nuestra Universidad Hispalense.
Tenemos la suerte de contar también entre nuestros voluntarios con Miguel Simón, General de División con una gran experiencia en territorios africanos, experto en el mundo islámico, destacado en el conflicto de los Balcanes, estando al mando de la Unidad SPABRI, dentro de las fuerzas de Paz y Estabilización de la OTAN, y sobre todo, consumado aventurero que le ha hecho viajar por los grandes desiertos y rutas como la de la Sal, la de la Seda etc, a lo largo de muchos paises en conflicto.
Eso, junto a su doctorado en Historia Contemporanea, y sobre todo su gran capacidad de empatía con los internos y su natural predisposición para acudir siempre que se le requiere, le hace ser uno de nuestros Voluntarios más activos, especialmente en las actividades de Conferencias.
Concretamente, el pasado 11 de Mayo, abordó un tema de tanta actualidad por una película estrenada recientemente, con una exposición Historicamente Rigurosa de los Últimos de Filipinas, basado en documentación contrastable, más allá de cualquier tipo de fabulación, y comenzando desde Magallanes, que fue el primer español que puso pie en las Filipinas, dentro de su periplo alrededor del Mundo.
Como siempre, la Conferencia, antes unos 130 internos que llenaban el salón de Actos Mixto, concitó muchas preguntas que fueron respondidas con un perfecto conocimiento de la situación histórica que les tocó vivir a estos héroes españoles, como siempre casi olvidados en nuestra Patria.
Nuestro compañero Pascual tuvo ocasión de relatar una experiencia personal vivida hace unos meses junto al General Simón, alrededor de la figura del sevillano Vigil de Quiñones, que hizo surgir alguna lagrima de emoción entre algunos de los asistentes.
