Fuimos testigos de muchos testimonios por parte de nuestros acompañantes, procedentes de los Centros Penitenciarios de Sevilla 1 y Morón.
En especial nos llenaron de emoción manifestaciones de algunos internos pertenecientes a la UTE (Modulo Terapéutico Educativo) y que nos relataron como la droga les ha alejado de sus esposas e hijos, aunque siguen peleando para vencerla y recuperar todo lo que han perdido.
Otro de los peregrinos nos expresaba su temor a que su salida de la cárcel y por tanto de la UTE se produzca antes de estar curado de su drogadicción.
Así podríamos contar cantidad de vivencias, a cada cual más cruda y a la vez llena de humanidad, pero por encima de todo, se trataba de una Jornada de Redención, y así la vivieron todos los Peregrinos con un denominador común: Que el Apostol Santiago, en esa jornada de verdadera meditación sobre sus nuevos propósitos de vida, les ayude para conseguir sus anhelos en el momento de su reincorporación a la sociedad.
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