Ha transcurrido mucho tiempo desde entonces, que para la afectada ha supuesto poner a prueba todas sus capacidades de optimismo y una férrea voluntad de superación.
Quienes hemos estado junto a ella, conocemos los malos momentos con un sufrimiento que incluso provocó que a una de nuestras voluntarias casi hubo que atenderla en el hospital por la crisis provocada al no poder ser testigo del tanto dolor ajeno.
Afortunadamente, en los recientes test realizados han desaparecido todos los indicadores tumorales, hasta tal punto que se han suspendido las dos sesiones semanales que le quedaban.
Todos nos felicitamos por esta situación, al tiempo que queremos agradecer a los voluntarios que la ya han acompañado, así como a aquellos que habiéndose ofrecido no les ha sido posible por diversos motivos.
Querida amiga, mereces SER FELIZ y estamos seguro que lo serás.
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