domingo, 26 de octubre de 2014

MAREA AZUL SOBRE EL GUADALQUIVIR

Una gran marea recorrió ayer el Rio Guadalquivir, pero no era solo del azul de nuestros polos, ese azul mediterraneo que Joan Miro nos legó a través de nuestra estrella institucional.
Era una marea de Solidaridad con unos beneficiarios precisos de ella: Los mayores, con la inclusión de un grupo de reclusos.
Fuimos en total 325 los que ayer iniciamos nuestra singladura desde la Torre del Oro hasta ese paradisiaco entorno de Doñana, Bonanza, Bajo de Guia y finalmente Sanlucar de Barrameda donde  sus aguas se enamoran y funden con el Océano.
Era todavía noche cerrada cuando iban llegando los autobuses de nuestra Asociaciones hermanas de Córdoba, Huelva y Cádiz y los distintos colectivos procedentes de toda la provincia sevillana, siendo muy considerable el de Marchena, en cuyo entorno nuestro voluntariado ha encontrado un importante semillero.
La Torre del Oro y la Giralda se unieron en un abrazo simbólico para despedirnos e intentar elevar nuestro ánimo, en esos momentos entristecidos por la ausencia imprevista de nuestro presidente Juan Reguera, alma y motor de esta iniciativa.
Desde el primer momento pudimos verificar la gran predisposición mostrada por nuestros invitados que haciendo gala de una gran disciplina siguieron nuestros consejos para no colapsar el pequeño bar que había de servir nada menos que 325 desayunos. A eso también ayudó la ayuda material de dos de nuestras voluntarias, convertidas en camareras improvisadas tras la barra y la cocina.
Fueron cinco horas y media de continuas emociones al observar la felicidad de los Mayores y la nostalgia de los reclusos que nos confesaban que lamentaban perderse la fiesta que se desarrollaba abajo prefiriendo permanecer sobre cubierta, respirando Libertad.
Un dúo musical amenizó el trayecto con bailes de todo tipo, y algunos mayores se lanzaron finalmente a contar chistes, cuyos contenidos subidos de tono teníamos que moderar y por ahí desfilaron Pepi, Trini, Andres etc. etc. en un verdadero desafío.
También algunos de nuestros invitados cogieron el micrófono para mostrar su agradecimiento de forma pública.
Finalmente, el desembarco en las lanchas que en otros momentos sirven para llevar muchas hermandades en su recorrido hasta la Blanca Paloma nos transportaron a Bajo de Guía y en autobuses hasta Bonanza para dar cuenta de una excelente comida, siendo ya las 18h cuando iniciamos la salida a nuestros lugares de origen.
Esos momentos fueron necesarios para relajar los ánimos, hacer balance mental de lo que habíamos vivido y dar gracias por tener la posibilidad de poder regalar felicidad ¡No hay nada mas hermoso en el mundo!

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